Las sociedades y las plantas se adaptan al medio en que viven. Medio que, con el tiempo se constituye en su "normalidad". En el caso de las sociedades esa "normalidad" se denomina "Entorno Social", entendiéndose que este es el ámbito donde los hombres desarrollan sus vidas. También es denominado "contexto social" o "ambiente social".
Esta pequeña introducción es sumamente valiosa para entender lo que está pasando en el país. El Economista Ricardo V. Lago en su artículo "Estabilidad pero bajo crecimiento", dice que en el Perú de otras épocas y en no pocos países en desarrollo, la crisis política generada en el país por el propio Presidente de la República, "habría provocado una mini crisis monetaria-cambiaria de complicado manejo". Afortunadamente, como vemos, no ha sido así.
"Entorno Social"
¿Por qué tuvo y posiblemente tendrá poca repercusión en el inmediato plazo la crisis política en la economía? El Economista lo explica en una sola frase: estamos viviendo algo "normal", es decir, lo que hace mucho tiempo caracteriza nuestro "Entorno Social".
El país (salvo pequeños y excepcionales espacios de tranquilidad) ha vivido siempre en conflictividad. Escenario que fue propiciado siempre por la "Clase Política" que devino después del caudillismo militar y tuvo como inspiración la lucha incesante por el poder. Ese poder que siempre fue mal utilizado. Tuvo como finalidad propiciar la corrupción.
Batalla de Ayacucho
Lo "normal" comienza en 1824 después de la Batalla de Ayacucho. El Congreso prorroga el mandato de Bolívar como Dictador, produciéndose una airada protesta de los "liberales" contraria a los excesivos poderes del Libertador. Bolívar elabora una Constitución Vitalicia que jamás lo fue. Hemos tenido doce Constituciones, si no se toman en cuenta Estatutos ni Reglamentos Provisorios, ni las Constituciones de los Estados Nor y Sud peruanos de la Confederación Perú-Boliviana.
Así de simple. Nuestra "normalidad" ha sido la revuelta, el encono, la conflictividad, la anarquía. Y es en esta "normalidad" que aprendimos a sobrevivir apartándonos cada vez más de lo "político". Un claro ejemplo son las Mypes, esos pequeños emprendimientos económicos de subsistencia que surgieron después de 1985, como consecuencia del desastre económico generado por Alan García.
Por generación espontánea
Los peruanos pobres se adaptaron al desastre, creando por generación espontánea (Como dice Matos Mar, "Desborde Popular") sus propios medios de subsistencia, fuera de la formalidad. Se autoemplearon, evadieron pagar impuestos y crearon su propio "mundo financiero". Toda una hazaña, a la que la "normalidad" los impelió.
Resulta racional que la CADE 2017, reclame que la política y la economía no discurran por cuerdas separadas. Pero refleja un total desconocimiento de la realidad. Si la política actual, es decir nuestro "Entorno Político" tuviera influencia sobre nuestra economía sería un desastre. Es preferible, en las actuales circunstancias, que el desmadre que genera, tenga ecos lejanos en nuestra economía.
Dos misiones
El proceso del alejamiento entre la población y la "clase política" ha sido gradual e incesante. Según Maurice Duverger el padre de la Estasiología los Partidos Políticos (que en su conjunto representan la "clase política") tienen dos misiones importantísimas en una democracia:
PRIMERO. REPRESENTATIVIDAD: Dice el politólogo Patricio Zapata Larraín que se entiende por representatividad al "conjunto de mecanismos a través del cual un grupo de individuos sirve de vehículo (de medio) para efectos de hacer presente la voluntad de un grupo mayor de personas" para tal efecto el requisito es que ese un grupo mayor se considere representado por ese grupo menor.
En nuestro país la población no se considera representada por la "clase política" y su identificación es pobre. Solo el 11% de ciudadanos se consideran militantes de algún Partido Político. El 72% opina que estas organizaciones deben desaparecer por ineficaces, y el 87% se opone al financiamiento estatal de los partidos políticos.
Una vida efímera
A diferencia de otros países de la región, en que los Partidos tienen una larga historia de existencia, en el Perú los Partidos tienen una vida efímera. Son caudillistas. Y mueren con su líder. Los Partidos nacen para una elección y desaparecen en la siguiente. Todo lo cual contribuye decididamente a su representatividad negativa. Y sin este atributo básico, señalados por Sartori y Duverger, la distancia entre la "clase política" y la población es cada vez mayor. A muy pocos les importa lo que hagan o decidan los políticos.
SEGUNDO.- CREDIBILIDAD: "Los políticos sin credibilidad no van a ninguna parte. Nadie los toma en serio, sus posiciones no cuentan con apoyos firmes, no se les presta atención y sus trayectorias dejan de avalarles" dice el politólogo Miguel Ángel Pérez. Y no hay nada más crítico que esto. Sino, veamos el caso de PPK ¿alguien le cree? ¿Alguien cree en alguno de los políticos?
La credibilidad da legitimidad. Y tiene que ver con la obediencia: "te obedezco en cuanto te crea". Es el más poderoso mecanismo para gobernar. Si gobernar es ejercer autoridad, ese ejercicio solo es viable y legítimo si te creo.
Divorcio histórico
En nuestro país lo "normal" es no creer en nadie, menos en los políticos de ahí el divorcio histórico entre población y "clase política". Ante esta situación anárquica generada y alentada por los políticos, los ciudadanos no desaparecen. Se escabullen. Crean su propio hábitat en el que a su manera, buscan como sobrevivir, como solucionar sus problemas.
¿Y Las Elecciones?
Son el único hilo (tan delgado como el de una telaraña) que cada cinco años, une a ambos bandos: políticos y población. Y no es que este mecanismo legitime al elegido. No. Solo es un "ritual" de la democracia en que estamos de acuerdo a vivir. Si el voto fuera "voluntario", es decir un derecho como dice la Constitución habría un gran ausentismo. En Chile donde hay ciudadanos, solo acudieron a las urnas un poco más del 50% de electores. A pesar de que en ese país, la representatividad y la credibilidad son mayores que en el nuestro.
Un año después
No se crea que, por que el 80% o más de la población acudan a las urnas, la población crea que algo cambiará con la elección. Un año después de elegidos, los Presidentes alcanzan el 30-35% de legitimidad expresada en las encuestas.
Felizmente que en nuestro país lo "normal" tiene muchos años y hemos aprendido a sobrevivir a pesar de la clase política. No les creemos, no nos sentimos representados por ellos. Esa es la realidad.
Los grandes empresarios aprendieron a hacer negocios (muchos de ellos mercantilistas) con los políticos a quienes tampoco les creen ni se sienten representados por ellos. Las MYPE´s tienen su propio mundo: la informalidad. Los políticos van a cumplir 200 años desgraciando el país. Protagonizaron (y siguen protagonizando) los más escandalosos casos de corrupción.
Estrategia mafiosa
Y han inventado una nueva estrategia mafiosa: valerse del poder, para evitar ser investigadores. Previamente coparon al Poder Judicial. Con estos antecedentes ¿puede importarnos las razones por las que, pelean en el Parlamento? No. Si este poder del Estado apenas tiene el 12% de credibilidad y encima los Congresistas se han constituido en defensores de los corruptos que debieran investigar, ¿Qué valor tienen sus disputas?
CONCLUSIONES
A. Lo "normal" históricamente, es que el país haya vivido en crisis política permanente, a causa de las luchas internas de la "clase política" para hacerse del poder, mantenerlo o acrecentarlo todo en el afán de servirse de él para sus propios fines.
B. Esta "normalidad" ha generado un Entorno Social en el que hemos aprendido a sobrevivir. Es por ello, que a pesar de la existencia maligna de la "clase política" los indicadores económicos no son tan dramáticos como se esperaba que fueran.
C. Que la política y la economía no discurran por cuerdas separadas, es racional pero no real, ni necesario en las actuales circunstancias. Las inversiones vendrán atraídas por la oportunidad de hacer negocios, más que por la estabilidad política, que no tenemos.
D. La legitimidad de la clase política ronda el 10% y eso es mucho todavía. Si tenemos un Presidente incapaz, mentiroso y falto de liderazgo, es muy poco lo que esperamos del Gobierno.
Nuestra confianza depositémosla en nosotros mismos. Somos seres extraordinarios. A pesar de la "clase política" que tenemos lo que ha creado un "Entorno Social" confuso, hemos aprendido a sobrevivir prescindiendo de ella. Esto también es democracia a la peruana. Esa es mi Opinión