jueves, 3 de diciembre de 2015

Que No Nos Engañen: ¡Exijamos Planes de Gobierno!

 Por: Marco Antonio Arrunátegui Cevallos

         / Analista Político

 

 ¿Usted se imagina amable lector que un avión despegue sin que antes el piloto haya elaborado su plan de vuelo, o un barco zarpe a la mar sin que el capitán haya confeccionado antes su plan de navegación? Eso es imposible por cierto. Pues bien, ese valor e importancia tienen los Planes de Gobierno que deben formular los candidatos a la Presidencia de la República.

 

Sin ellos repetiríamos el desastre de este Gobierno. Ollanta Humala ha gober­nado a tientas, sin saber qué rumbo darle al país y cuales debieron ser sus objetivos. Las consecuen­cias de esta improvisación las estamos pagando todos los peruanos. La famosa "Hoja de Ruta" fue solo un mamotreto incoherente plagado de buenas inten­ciones, y nada más.

 

Proyecto Nacional

El Plan de Gobierno es un instrumento de acción política, económica y so­cial materializado en un documento que contiene los objetivos, políticas y previsiones, llamados a guiar y encausar su acción política. Este Plan debe es­tar configurado como una acción progresiva para la consecución del Proyecto Nacional y por ende de los Objetivos Nacionales.

 

Todas las actividades del hombre, con mayor ra­zón el ejercicio del poder, deben ser motivo de pla­nificación. La Economía Social de Mercado y la democracia, no se oponen a que los gobiernos deban tener un Plan que guíe los esfuerzos nacionales. Le den orden, definan el norte.

 

Son estas razones, más que contundentes, para exigir que todos quienes aspiren a gobernar el país, lo formulen y luego lo apliquen. Pero se está dando el caso insólito que la campaña política ya co­menzó hace meses, y por boca de los candidatos o sus voceros, sabemos que este importante instru­mento está aún en fase de formulación.

 

Promesas demagógicas

De aquí surge la pregunta: ¿Qué están diciendo los candidatos en sus mí­tines? Lo de siempre: promesas demagógicas, desordenadas y de acuer­do a lo que los asistentes quieren escuchar, y por las cuales darán sus aplausos. Pobre país, en manos de irresponsables improvi­sados. Y como hasta hoy, solo hay uno que lo ha expuesto: Alan García, esa es la razón por la que lo hemos ponderado.

Comenzaremos por decir que somos uno de los pocos países del planeta que no tenemos Objetivos Nacionales. No hemos definido los intereses y aspiraciones vitales que la Nación busca satisfacer en el largo plazo. Hemos sucumbido a la inmediatez y el complejo fundacional. Creemos que con cada Gobierno comienza el país, desandando todo lo avanzado anteriormente. Y como además carece­mos de Plan de Gobierno, somos una nave que nave­ga sin rumbo ni destino, satisfaciendo solo el ego de quienes gobiernan y la avidez económica de los que medran a su alrededor corrompiéndolo todo.

 

Visión ideopolítica       

Un bien estructurado Plan de Gobierno, tiene como referente los Objetivos Nacionales. Pero como no los tenemos, por lo menos los candidatos deben fijar los Objetivos de su Gobier­no, los mismos que deben estar antecedidos por una visión ideopolítica, la mis­ma que preside y guía la acción de Gobierno. La ideología señala las orien­taciones y las metas públi­cas y globales y el plan, los métodos para alcanzarla.

 

Pero resulta que no solo no tenemos Objetivos Nacionales, sino que la mayoría de Partidos en competencia, carecen de ideología. Y de acuerdo a lo que dice la Estasio­logía de Duverger, no se concibe Partido Político sin ideología. Por ejem­plo, ¿Qué ideología tiene Perú Posible, el Partido Fujimorista, Alianza para el Progreso o Peruanos por el Kambio? Ninguna. Entonces, ¿cuál es la "ar­gamasa" que une a sus militantes? Muy sencillo, el carisma de sus caudi­llos, activo que tienen un insignificante valor a la hora de gobernar. El APRA es social demócrata y el PPC social cristiano. Esas son ideologías.

 

Los elementos estructu­rales del Plan de Gobier­no son: los Objetivos de Gobierno, las políticas y las hipótesis. Los Obje­tivos deben derivarse de los Objetivos Nacionales, ejemplo:

OBJETIVO NACIONAL N°1

Disminuir y/o eliminar nuestra vulnerabilidad económica, dejando de te­ner una "economía mine­ralizada", incrementando nuestra oferta exportable.

 

OBJETIVO DE GOBIERNO N°1

Poner en ejecución el Plan Nacional de Diversifica­ción Productiva, poniendo énfasis en los sectores agrícola, pesquero y tu­rismo.

Como se aprecia, los Ob­jetivos de Gobierno, son hechos por realizar, si­tuaciones por configurar o resultados por obtener (como dice el CAEN) du­rante la gestión de un Gobierno en armonía con los propósitos nacionales. Estos objetivos deben ser cuantificables, de media­no plazo, coyunturales, flexibles, integrales, es­pecíficos, orientadores del Planeamiento Estra­tégico.

Una vez definidos lo Ob­jetivos de Gobierno, el siguiente paso es deter­minar las Políticas de Go­bierno, aquellas normas amplias y generales que contienen prescripciones referidas a las vías o cau­ces que orientan la conse­cución de los objetivos ya señalados. Sigamos con el mismo ejemplo.

 

POLÍTICA N°1 (del OG N°1)

Incrementar la producti­vidad nacional en el agro, en un 12%, introduciendo tecnología y brindando información adecuada y oportuna, respecto al comportamiento de la demanda en el mercado.

 

POLÍTICA N° 2  (del OG N°1)

Incrementar la exporta­ción de productos agro­industriales en un 13%, mejorando los índices de calidad (ISO) y apertu­rando nuevos mercados en el exterior, haciendo que nuestras Embajadas sean puntos de venta, agilizando los trámites y rebajando los precios de carga.

 

POLÍTICA N° 3  (del OG N°1)

Planificar en forma mi­nuciosa los volúmenes de pesca industrial, de­finiendo claramente los espacios de pesca y con­trolando eficazmente las embarcaciones, de tal forma de incrementar en un 10% el volumen de exportación de harina de pescado, para lo cual se debe disminuir el IGV para todas las actividades al 17% en forma gradual.

 

POLÍTICA N° 4 (del OG N°1)

Incrementar la produc­ción y manufactura de los productos artesanales en un 12%, promoviendo ferias nacionales e inter­nacionales, tramitando la construcción de stands en todos los puntos de atrac­ción turística. Eliminando toda traba burocrática para la fabricación, manu­factura y comercialización de estos productos.

 

Obviamente estas cifras son solo un ejemplo pero nos dan una clara demos­tración que las políticas de Gobierno deben tener como característica prin­cipal coherencia con el objetivo de Gobierno y ser mesurables.

Si se hiciera un Plan de Gobierno con seriedad, sabríamos que hacer en cinco años, que objetivos conseguir y todo aquello que queremos alcanzar en forma medible. Esto aplicado a todos los secto­res, nos daría una visión sistémica del país.

 

Finalmente

El Plan de Gobierno debe contener también las hi­pótesis referidas a con­flictos probables. Está probado que todo Estado tiene que enfrentarlos, razón por la cual es prefe­rible preverlos antes que lamentarnos. Las hipóte­sis son de tres tipos: de guerra, de subversión y de luchas.

 

Después de este breve ejemplo, ¿quedan dudas respecto a la importan­cia de tener un Plan de Gobierno? Sin embargo, no basta tenerlo, sino que deben cumplirse.

Un breve análisis de los documentos que presen­taron los candidatos en la campaña del 2011, nos muestran que no fueron verdaderos Planes de Go­bierno y además contuvie­ron promesas electoreras como lo demostramos.

PRIMERO, el Parti­do Alianza por el Gran Cambio de Pedro Pablo Kuckzynski, presentó un documento genérico, sin políticas ni contenidos mesurables. Su mejor aporte: incrementar a 7% del PBI el presupuesto destinado a educación, pero no dijo en que se iba a emplear tales recursos. En cuanto a corrupción solo mencionó una re­forma del Poder Judicial. No hubo planteamientos respecto a Seguridad Ciu­dadana.

SEGUNDO, Alianza Elec­toral Perú Posible, pre­sentó un documento de 50 páginas (característica que ni por asomo puede tener un Plan de Gobier­no), insiste en el modelo primario exportador, dán­dole prioridad a la mine­ría. Propuso enviar a la aprobación del Congreso un Proyecto de Unión Civil Libre que permita a las parejas en unión libre ejercer sus derechos civiles. Propuso crear el Ministerio de la Juventud.

Ponemos solo estos dos ejemplos del total de can­didatos que se presenta­ron para señalar que los documentos presentados no fueron en ningún caso Planes de Gobierno. El que presentó Ollanta Hu­mala se encarpetó des­pués de la primera vuelta y la Hoja de Ruta, nunca se cumplió. Y el garante Ma­rio Vargas Llosa, no opinó respecto al desgobierno que hemos sufrido.

 

En solitario

Pero por otro lado, estos documentos no se deba­tieron como debiera. La ciudadanía votó (como ha sido hasta hoy) desin­formada, desorientada y optando por el mal menor. Este es el costo que esta­mos pagando.

 

Desde esta trinchera, y tal vez en solitario, insistimos en la necesidad vital que los candidatos nos muestren sus Planes de Gobierno. Que por partes sean expuestos en los mítines de campaña y que en vez de propaganda electoral, se inviertan recursos para saber que harán con el país. ¡Basta de estafas!